No es normal. Me siento tan emocionada y feliz como no me había sentido en mucho tiempo. Estamos graduados los dos! Graduados en excelencia después de cuatro meses de arduo trabajo y resiseño constante.
Acabo de llegar a casa, mi segunda hermanita me recibe "Estas son horas de llegar?" diciendo esto me da un ligero golpe en la cabeza y luego me abraza. Son las 12am. Me pongo la pijama, mis perros me siguen y me mueven la cola. Puedo sentir cómo me extrañan pues se pegan mucho a mis piernas y me huelen. Fox me sigue al baño, lo acaricio un momento y cojo el celular. Escucho cómo me llora levemente y lo veo levantar sus patitas a la altura de su pecho quedando sentado como poodle de circo. Es un amoooor, cómo no derretirme???
Pienso en la relación que llevo con Mauricio desde el 28 de Noviembre del 2016... Hemos pasado por tanto. Llanto, risas, discusiones y reconciliaciones... No cabe en mí cómo es que llegó un punto de quiebre en que nos separamos del todo a finales del 2017. Él me pidió un tiempo, yo dejada... Acepté. Al día siguiente se arrepiente el muy boludo y viene sonriendome. Yo asada le rechazo el querer volver y por mí es que terminamos cada uno a lo suyo y hablando casi tanto como dos extraños lejanos que alguna vez fueron amigos.
Sin embargo, en mi PL y durante mis 20 horas de enrolamiento tuve cierto impulso de ni bien salí del hotel San Agustín, me fui corriendo a tomar un taxi a casa de mi ahora ex. En el camino me latía el corazón a mil por hora. Le llamé al celular y estaba en su casa con amigos. Le imploré me escuchara solo 10min, aceptó y llegué... Agitada, nerviosa, impaciente.