Ahora estoy en la ventana mirando el cielo un buen rato. La calma nocturna de fuera me agrada. Hace contraste con el estruendo de la música del departamento. Miro un rato hacia la cochera. De pronto, aparece un rostro conocido justo debajo de mi. Es él. Se ha colado medio cuerpo por la ventana. Me da ataque de risa (o nervios, ya no sé) y me alejo.
En otro momento de la noche, vuelvo a estar en esa ventana buscando refugio del ruido y encima el mal aliento de un pata (cebolla). Él vuelve a acercarse, esta vez es casi un abrazo, me dice tonterías que me hacen reír. Puedo sentir su aliento a licor. Trae sus medallas (por fútbol del cole) colgadas en el cuello. Se siente orgulloso. Poco a poco se reduce el espacio entre nuestros rostros. "Va a besarme" Faltando centímetros para el encuentro, alejo su boca de la mía y separo sus labios con mis manos. "Oh, esos dientes..." Me hago la loca, me escurro del lugar y me vuelvo a alejar.
Ha estado cerca. Es muy atractivo. Si yo no tuviese esa idea inocente sobre 'el beso es un acto íntimo y sincero', probablemente yo misma habría recortado la distancia entre ambos.
Apenas le conozco! No sé si él busca algo serio o si solo ha sido efecto del alcohol y quizo divertirse un poco conmigo. Después de todo, quién asegura que lo vuelva a ver?
Su acto varonil en la fiesta ha sido efectivo. Va de un lado a otro mostrándose sociable con todos. Baila solo cuando la música que toca le agrada. Se bromea con sus amigos con actitud serena y confiada. Solo me limito a mirarlo de rato en rato, pues la verdad que me encantaría verlo solo a él pero no quiero parecer tan obvia. Se ha alzado el polo por un comentario que hice. Se colgó como monito de unos barrotes del techo, todo sea por mostrar sus músculos. Y yo que no quiero... Pero justo salió mi amiga del baño y pos ya no vi más :v
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