Tú qué quieres?

 "Qué quieres para tu cumpleaños?" esa pregunta siempre me saca de cuadro.

Reciente pregunta por mi abuela. Esa mujer amorosa me da dinero si no le doy un objeto a comprar o un almuerzo para compartir. Su concepto de amor está en el dinero.

Yo lo que quiero es tiempo de calidad. Vivir feliz. Vivir sabiendo que ella está bien. Quiero vivir. Eso quiero. Estar sana y consciente para saber que puedo seguir adelante. Tomar una bocanada de aire y sentir el aire entrar en mis pulmones. Correr con el par de piernas que me regalaron. Escuchar la risa de mis seres queridos. Ver a mis mascotas y sus ocurrencias. Ver la naturaleza. Ver cómo el mundo cambia, se transforma y todavía existen actos humildes y humanitarios de bondad. Olfatear los aromas ricos, los feos, los neutrales. Saborear cada comida, textura, cantidad y calidad. El poder tocar con mis manos la mejilla tibia de mi madre. Sentir el cabello suave de mi hermana al dormir. Escuchar la respiración de arriba a abajo cuando está meditando. Mirarlo todo. Rezar y participar colectiva y conjuntamente con mi familia por un ser querido. Quiero ser y estar.

Y eso abuela, eso no lo consigo con el dinero. Así que no sé qué pedir de regalo. O a lo mejor sí. Quiero experimentar conexiones humanas que me alarguen la vida solo por estar presente. De esas que te llevan a otro plano.

Disfrutar de los que somos y estamos hoy aquí. Claro que me gustaría abrazar a mi prima una vez más. Por supuesto que quisiera retroceder un ratito en el tiempo para verla jugando bajo el árbol de navidad. O saber cómo era mi madrina conmigo cuando era niña. La verdad, no lo recuerdo. Hoy con un aneurisma entubada en la clínica, imagino que no está ni allá ni acá sino atrapada en su mente. Pido por su paz y tranquilidad. De ella y su familia cercana. Si Dios quiere se vaya, que sea en calma. Si necesita se quede un tiempo más, le sea brindada la fuerza necesaria para renovarse y seguir adelante con amor y paciencia. Sea la voluntad del cielo, espero todo vaya bien. 

Por ellas, elijo abrazar mi presente. Directa y sin rodeos. Pocas expectativas y mucha esperanza de "lo mejor está por suceder".

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Una vez tuve una dinámica interesante. Era en duplas. Me preguntaron "tú qué quieres?" a lo que respondí mil cosas y pensamientos. Fue la pregunta más repetida y más profunda de lo esperado. Sin saberlo, estaba indagando en mi propio corazón. Muy en el fondo sí sé lo que quiero. Pero lo he guardado bajo tantos candados que no lo he tenido a la mano hasta que he sido capaz de verbalizarlo y entonces lo vi. Aquello que sale de esa pregunta final es aquello que mi corazón más deseaba en ese momento. Y grité a todo pulmón, con los ojos desorbitados y los latidos a mil...

Quiero paz. 

Hoy me pregunto qué saldría de mi interior? Puede que la misma cantaleta sin sentido al principio. Y luego la verdad desnuda destrozando su coraza. Mi compañera en ese entonces dijo "Quiero amor" y puede que también esté en ese camino.