Qué calor. Qué hambre. Qué sueño. El hotel tiene teléfonos para llamar a recepción u otras habitaciones; ducha con agua caliente; un mini bar con agua, gaseosas y galletas de chocolate (con un costo por supuesto). Nos levantó el ringtone de mi celular -Despiértalas y bajen a desayunar. Solo tenemos hasta las diez.- dijo madre. Una ducha rápida y bajamos.
Nos topamos con un mini buffet al lado de la piscina: leche, café, jugo, huevos revueltos, mermelada (naranja, sauco y fresa), mantequilla kekes, fruta picada y pan para servirse. Estuvo delicioso. Apenas si se tocaron las galletas que bajé. Finalmente regresamos a la habitación a alistar bolsos de mano y salir rumbo a "Aguas Verdes".
En el taxi solo cabían 4, nos fuimos de 3 en 3 hasta la frontera. Qué tal cantidad de vendedores ambulantes y puestos atiborrados de gente en la calle antes, durante y después de cruzar el puente. Solo el calor era un poco feo. Compraron un par de gorras para las enanas. Luego nos pasamos a Huaquillas-Ecuador a ver varias tiendas con chucherías costosas en dólares. Dieron las 12:15pm, almorzamos algo por ahí. De regreso a Tumbes, visitamos a un viejo niñero mío, el Sr. Mike (Siempre me sonó a Mickey mouse) él me cuidaba cuando usaba pañales.
Hablaron lo que parecía una eternidad. En el mismo lugar, le compraron un short de jean a mi hermana. Más tarde, el aburrimiento de las pequeñas nos sacó a seguir andando por las infinitas tiendas de la frontera. Me compraron unos 3 shorts y un bolso. Dieron las 4pm, hora de irse.
Mi abuela, madre y yo nos pasamos a Huaquillas de vuelta para comprar las famosas empanadas. Padre y las enanas se fueron de vuelta al hotel.
Madre aprovechó y se compró dos bolsos. Mi abuela, volvió visitar a Mike. Al rato nos fuimos al hotel. En la tarde-noche hemos entrado la piscina. El agua estaba templada y no corría aire. Después cenamos empanadas y otro banana split junto con la compañía de Mike (quien vino a visitarnos al Costa del Sol). Un gato se coló entre nuestras piernas y nos sacó unos bocados de comida.
Finalmente todos hemos dado una vuelta por el auto de Mike, jugamos unas partidas de fútbol de mesa y mis hermanas saltaron en los inflables del mismo lugar al que nos llevó el conductor. Llegamos tan cansados que nadie se quitó el cloro de la piscina, vimos un capitulo de Dragonball Z y nos dormimos.
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