martes, 5 de agosto de 2014

Día 1 - Tumbes

Qué salados. Madre y padre deciden viajar un viernes en la noche, hasta Tumbes.

Originalmente el plan era irse de aventura desde Lima hasta Ecuafor en auto. Sin embargo, por el bien de la cola de todos, compraron el pasaje en avión.

Nuestro vuelo fue programado para despegar desde las 7:05pm del lunes 04/08. Desde luego, había que estar un par de horas antes. Pero con la flojera y la adrenalina de último minuto, salimos tarde de casa. No había taxi que quisiera llevarnos. Para suerte del tardón, se apareció la figura de mi tío y nos llevó hasta el aeropuerto en un acto de piedad.

Llegamos con buen tiempo, registramos las maletas y entramos en el avión. Despegamos casi a las 8pm. Hora de llegada? 9 y pico pm. Al salir del avión se tomaron algunas fotos y, mis hermanas y yo, encontramos una ranita a quién molestar. A continuación fuimos por el buffet de maletas. Me gustaría decir que encontramos todas, no obstante la de mi hermanita se había ido de paseo hasta Arequipa.

Oh! Y esto: noticias del comercio que resultan alarmantes sobre unos temblores recientes en Tumbes y "los tumbesinos deben estar preparados para un terremoto de hasta 7 grados". El ataque de risa que le dio a mi madre le quitó merito al drama del momento.

Entre la consulta de la maleta y la hora, se esfumaron los transportes al hotel. Los dueños del desastre nos hicieron el favor de llevarnos gratis. A pedido de mi abuela, llegamos al hotel Florián, lo mejorcito que ella dejó (hace años que no vuelve). Un gato negro se cruzó por la mirada de mi hermana, quien lo agarró de mascota. Nos instalamos en el hotel, deciden dar un paseo nocturno de 11pm y mi pie dejó de funcionar por sujetarla "demasiado bien" en todo el día.

Me trajeron los anticuchos más delgados que he visto nunca. Dijeron que no encontraron otra cosa, todo estaba cerrado. Y con el hambre, estaban buenísimos.

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